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La variedad de colores y formatos que los diseñadores utilizaban eran muy amplios. Entre los colores más predominantes en los diferentes países eran:
Las principales inspiraciones de los artistas estuvieron en los ballets rusos de Diaghilev, en los colores brillantes del fauvismo, en los diseños de moda de Paul Poiret y en el descubrimiento de la tumba de Tutankamon en el año 1923, esto trajo consigo el descubrimiento de nuevos tonos "antiguos", como eran el dorado, melocotón y los turquesas muy utilizados para la decoración de muebles e interiores. Los nuevos materiales utilizados por el Art Decó eran caros, lujosos y poco usuales destinados a una sociedad elitista y caprichosa. Pero la mayoría de la población deseaba consumir también estos productos, que sólo estaban al alcance de unos pocos, así que surgieron los productos kitchs, una simple imitación de los originales, mucho más baratos y más consumidos.
Las diferentes influencias que marcaron la moda de los años veinte fueron:
Los motivos de las culturas prehispánicas americanas como lo mexica o azteca, lo maya, lo inca sirven de inspiración tanto a decoradores como a arquitectos; lo mismo sucedió con los descubrimientos arqueológicos de lo egipcio y lo mesopotámico, así como con los objetos africanos, vikingos, hindúes y de los indios Pueblo. Mientras que el expresionismo alemán plasma los aspectos más negativos de la vida de aquel entonces con un contexto emotivo, los pintores franceses lo hacen de forma más armónica, vital y con rasgos de alegría y celebración de la vida. Una de las más reconocidas pintoras del periodo Art Decó fue Tamara Lempicka, destacó por la belleza de la mujer en sus cuadros. Expuso en la primera exposición de Art Decó que se celebró en París, dando importancia a sus trabajos y a su nombre como artista.
